Espacio de aprendizaje —emblemático de la Ciudad de México— ubicado en la 2ª Sección del Bosque de Chapultepec. El Museo ha ofrecido a millones de personas la oportunidad de saber sobre el origen y evolución del universo, la Tierra y la vida; todo ello, a través de un patrimonio natural y cultural único, que incluye colecciones biológicas y el Cárcamo de Dolores, con obras de Diego Rivera. Estas cualidades lo convierten en uno de los lugares más queridos y visitados de la ciudad, donde se viven experiencias que han sido fuente de inspiración y vocación para varias generaciones de científicos mexicanos.

 Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Cárcamo Dolores

Ingeniería, arquitectura y arte convergen en el Cárcamo de Dolores, espacio que conmemora el final de las construcciones hidráulicas más importantes en la historia del país. El Sistema Lerma, implicó la creación de un acueducto subterráneo de 60 kilómetros para traer agua potable a la Ciudad de México. Ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, este proyecto fue enriquecido artísticamente con la obra de Diego Rivera El agua, origen de la vida en la Tierra y la Fuente de Tláloc, dedicada al señor de las aguas en cosmogonías prehispánicas.  

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Alce (Alce alces)

Originario de Asia, el alce llegó a América del Norte durante la última glaciación. Es el miembro más grande de los ciervos, que incluyen a los renos y venados. Este enorme herbívoro se ha adaptado a vivir en lugares fríos como la tundra, donde el suelo siempre está congelado y crecen musgos y líquenes. Se encuentra en Bosques de coníferas, pantanos y zonas cercanas a lagos y ríos de Europa, Canadá, América del Norte y Rusia. Los machos son los únicos que desarrollan astas, son huesos que crecen en su cráneo a razón de 2.5 centímetros por día.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Ballena gris (Eschrichtius robustus)

Puede medir más que un camión de pasajeros y pesar lo mismo que cinco elefantes juntos. La mayor parte del año vive en el mar Ártico entre Alaska y Siberia, alimentándose de pequeños animales parecidos a camarones que flotan por millones. En el mes de octubre migran a las lagunas costeras de la Reserva del Vizcaíno en Baja California, donde nacerán las crías. Sus aguas además de ser tranquilas, tienen una gran salinidad, lo que hace que los ballenatos floten más fácilmente. Entre los meses de marzo y abril regresan a sus zonas de alimentación en el norte. Toma su nombre de la coloración manchada de su piel.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Celacanto (Latimeria chalumnae)

Es un fósil viviente, ya que se creía que se había extinguido a finales del Cretácico hace unos 65 millones de años, pero en 1938 en costas del Océano Índico se descubrió un ejemplar que había sido atrapado accidentalmente por un pescador ¡Encontrar un pez como éste, es el equivalente a toparse con un dinosaurio vivo! En 1987 se tomaron las primeras imágenes submarinas del celacanto. La evidencia fósil indica que hace 400 millones de años peces similares a la latimeria, evolucionaron para dar origen a los primeros vertebrados terrestres, sus aletas se transformaron en extremidades que les permitieron caminar.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Oso polar (Ursus maritimus)

El Ártico es el hábitat del oso polar, cuya sobrevivencia depende de la existencia de la capa de hielo marino, ya que la usa como plataforma para cazar focas. Parado sobre sus dos patas, con sus tres metros de altura, la taxidermia de este carismático ejemplar da la bienvenida al público del Museo y a la vez nos recuerda que tenemos la responsabilidad de llevar a cabo acciones que disminuyan los efectos del cambio climático. Se le encuentra en norte de Rusia, Canadá, Alaska y Groenlandia. Los osos polares surgieron del mismo ancestro que los osos pardos, hace alrededor de 600 mil años.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Bisonte americano (Bison bison)

El bisonte es el mamífero terrestre de mayor tamaño en el continente americano y es de los pocos rumiantes que habitaron en el Pleistoceno. Con tres metros de longitud y casi dos metros de alto, hasta hace 150 años en nuestro país se le encontraba en Coahuila, Chihuahua, Sonora, Durango y Zacatecas. Sin embargo, la cacería indiscriminada y la transformación de los pastizales a tierras de cultivo, mermaron considerablemente su población en las primeras décadas del siglo XIX.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Argonauta (Argonauta argo)

Su nombre está inspirado en la miología griega: los argonautas eran marineros que viajaban a bordo de la nave Argos en busca del vellocino de oro. Esta pieza de cristal del siglo XIX es una de las más bellas por la calidad y precisión con la que fue elaborada; representa al único género de la familia Argonautidae, pertenece al grupo de los cefalópodos, moluscos como pulpo y calamar. Se le encuentra en los mares templados y tropicales de todo el mundo. La reproducción en esta especie es insólita, pues uno de los tentáculos se transforma en órgano copulador.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México

Crédito fotográfico: Archivo Museo de Historia Natural de la Ciudad de México