El museo abrió sus puertas en 1982. Es un espacio abierto a la diversidad en donde se fomenta el diálogo intercultural, a partir del conocimiento, reconocimiento y respeto por el pluralismo cultural. Su propósito fundamental es documentar, difundir y estimular las iniciativas de los creadores de las culturas populares, indígenas y urbanas, a nivel local, estatal, nacional e internacional. El Museo no cuenta con exposiciones permanentes, sólo temporales. Además de sus salas de exposición, posee espacios para diversas expresiones como música, teatro, danza, literatura y gastronomía.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Nacional de las Culturas Populares

Altar a los fieles difuntos en casa
María Teresa Vargas y José de Jesús Valdés
Mixta
56 x 52 x 58 cm.
1994

Al terminar sus estudios, María Teresa Vargas se fue a vivir, en la sierra de Hidalgo, a un lugar llamado el Ocotal, donde pintaba acuarelas en miniatura. Fue ahí donde imaginó su primera cajita donde incluyó pequeños objetos de su propiedad. José de Jesús Valdés trabajaba en Torreón e invitó a Teresa a ir a dicha ciudad y fundar el taller “El Ocotal”. Desde entonces ambos han recreado en sus trabajos un mundo inagotable de escenas costumbristas. Cada obra captura el más mínimo detalle; ahí se guarda la vida, el recuerdo, la tradición; cada pieza es como un libro o una fotografía.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Nacional de las Culturas Populares

Cráneo renacimiento
Alfonso Castillo Orta
Barro moldeado, modelado, vidriado
15 x 15 x 14 cm.
1992

El barro es el material más abundante y creativo de todas las artes populares, y se encuentra en todas las regiones del país en diversas formas, estilos y colores. La producción varía según la región y el pueblo que la elabora. La cerámica mexicana es una de las ramas artesanales de mayor importancia económica; esto a causa de las grandes producciones que se llevan a cabo a lo largo del país, pero más aún, por ser la voz del pueblo: expresa sus gustos, sus ideales, su imaginación y su concepción de la vida.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Nacional de las Culturas Populares

Organillero
Adalberto Álvarez Martínez
Papel craft, moldeado, modelado, policromado
65 x 29 x 18 cm.
2006

Estos artistas han encontrado en el papel —material noble y reciclable— el medio para expresar su creatividad. El papel, remojado en engrudo, se va colocando delicadamente, capa sobre capa, sobre una estructura de alambre o carrizo, para ir modelando la figura. Cada capa debe secarse para obtener el grosor y la resistencia conveniente. Una vez terminada se procede a la decoración: la pintura y los detalles los cuales, además de resistencia y precisión, requieren de una combinación rigurosa y rasgos expresivos. Cada pieza tiene alma y movimiento, reflejo cultural del pueblo mexicano.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Nacional de las Culturas Populares

Pectoral
Pueblo Indígena Kumiai
Chaquira engarzada con hilo de algodón y nylon
53 x 59 cm.
2001

El adorno popular ha sido un accesorio esencial en la indumentaria de muchos grupos sociales; en México se caracteriza por la riqueza en sus diseños y símbolos que representan una muy importante fuente de identidad. El adorno popular mexicano tiene, en su origen, un significado concreto que está asociado con algún rito o tabú ancestral; esto último es su principal diferencia con la joyería, la cual se encuentra apuntada por el diseño, y cuyos principales contenidos teóricos son el ornamental y el ergonómico.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Nacional de las Culturas Populares

Árbol de la vida “Encuentro de Dos Mundos”
José Alfonso Soteno Fernández
Barro moldeado, modelado, policromado, horneado a media temperatura y decorado al pastillaje
5 m.
1992

Con motivo de los 500 años del Encuentro de Dos Mundos se realizó este Árbol de la Vida. Cuenta con tres componentes esenciales: las aportaciones culturales de los pueblos indígenas de ese momento, las aportaciones culturales de los españoles y las aportaciones de la cultura negra. En cuanto a la temática, es una obra única. El proceso de elaboración fue de ocho meses.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Nacional de las Culturas Populares