El Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue edificado en 1776 por el arquitecto novohispano Francisco Guerrero y Torres; actualmente es Patrimonio Nacional. El edificio funcionó como palacio, vecindad y accesorias. Desde 1964 funciona como Museo de la Ciudad de México, un espacio en el que los visitantes tienen la oportunidad acceder a distintas manifestaciones artísticas y culturales que van desde exposiciones, conciertos, obras de teatro y danza, a recitales, conferencias, presentaciones de libros, cursos y talleres, así como visitas guiadas especializadas.

Crédito fotográfico: Viviana Martínez 

Escalera Interior del Museo de la Ciudad de México

En el patio principal encontramos características del estilo barroco: muros con columnas adosadas y arcadas de medio punto, apreciándose en las enjutas de los arcos los escudos de las familias que habitaron el palacio. Las escaleras de acceso a la planta alta cuentan con arcos trilobulares. En el arranque encontramos dos felinos, con rasgos orientales, que custodian el paso y que fueron elaborados por manos indígenas. Desde la base se puede apreciar una forma octagonal, que está asociada con simbología religiosa, y que representa el infinito y la pureza de espíritu.

Crédito fotográfico: Viviana Martínez

Zócalo con la Ciudad de México
Gerardo Cantú y Rogelio Naranjo
1964

En el centro de la Plaza de la Constitución —popularmente conocida como Zócalo—, se levanta el mercado del Parían, en donde las mercancías se distribuyen entre los novohispanos que concurren a la catedral y sus alrededores. Este cuadro —obra en conjunto del caricaturista político Rogelio Naranjo y del pintor Gerardo Cantún— busca acercar a los visitantes a la vida cotidiana del México del siglo XVIII. La obra forma parte del acervo en exhibición del Museo de la Ciudad de México.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de la Ciudad de México

La erupción del Xitle
Jorge González Camarena
Óleo sobre tela
105 x 220 cm.
1962

Los nativos abandonan Cuicuilco, el “lugar donde se hacen cantos y danzas”. El lugar es amenazado por la lava del volcán del Xitle que ilumina el cielo con tonos rojizos. Este cuadro forma parte del acervo del Museo de la Ciudad de México. El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, encargado de la restauración del inmueble, propondría al muralista Jorge González Camarena, la realización de esta obra; esto con el fin de incorporarla a la propuesta museográfica, que pretendía dar una visión completa de la conformación de la cuenca de México.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de la Ciudad de México

Pedregal
Francisco Moreno Capdevila
Mixta sobre tela
103 x 147 cm.
1961

Al sur de la ciudad de México emergen las piedras fosilizadas por la lava ardiente de la erupción del volcán del Xitle. Esta obra del grabador español, nacionalizado mexicano, forma parte del acervo del Museo de la Ciudad de México. Obra integrada dentro de la propuesta museográfica de Pedro Ramírez Vázquez, para este recinto cultural tras su inauguración en 1964; Capdevila realiza también para el Museo de la Ciudad su primer mural: “La caída de México Tenochtitlán”.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de la Ciudad de México

Separación
Pablo O’Higgins
Litografía
66.5 x 50.5 cm.
1972 

Esta obra, metáfora de dos cuerpos entrelazados, desde hace poco tiempo forma parte del acervo del Museo de la Ciudad de México; es creación del pintor y muralista estadounidense —después nacionalizado mexicano— Pablo O´Higgins, quien colaboró con Diego Rivera. “Separación” es una muestra del trabajo desempeñado por el artista en sus años en México, en donde se interesó por plasmar los contrastes de la vida rural de un país siempre revolucionario. A principios del año 2017, la viuda del artista donó al Museo de la Ciudad 20 litografías y un grabado en blanco y negro.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de la Ciudad de México

México Tenochtitlán, El Valle y los lagos en el siglo XV
Luis Covarrubias
210 x 569 cm.
1963

México Tenochtitlán emerge de entre las aguas del lago de Texcoco; la distribución urbana de dicha ciudad prehispánica se reparte en centros ceremoniales, plazas, chinampas y las cuatro calzadas principales con salida a tierra firme. Este cuadro, obra del pintor muralista Luis Covarrubias, forma parte del trabajo que el artista realizó para el Museo de la Ciudad de México, en 1963, con motivo de su reciente inauguración en 1964. Hoy en día este recinto continúa conmemorando el pasado prehispánico de la ciudad, al mantener este cuadro dentro de su acervo.

Crédito fotográfico: Archivo Museo de la Ciudad de México