Con sede en el Exconvento de Santo Domingo, el Centro contempla la labor de preservación, investigación, exhibición y difusión de los textiles, pero también la convivencia de la tradición milenaria con su presente vivo, por medio de la participación de las tejedoras y bordadoras de los diferentes grupos étnicos y regiones del mundo maya. Fomento Cultural Banamex, A.C., Fomento Social Banamex, A.C., el Patronato de la Colección Pellizzi, A.C. y la Sociedad de Tejedoras de Sna Jolobil, S.C., sumaron sus esfuerzos para establecer este Centro, con un concepto museológico del Siglo XXI.

Crédito fotográfico: Ignacio Urquiza

Huipil de Luto de Quetzaltenango 
Autor desconocido
Hilos industriales de algodón tejidos en telar de cintura con trama suplementaria, bordado a mano en punto al pasado en cuello y randa.
100 x 85 cm.
1980

A los huipiles de la región maya se les han asignado distintas formas de uso según la ocasión o la posición de la mujer en su comunidad. Tal es el caso del llamado “huipil de luto” de Quetzaltenango, antes empleado en velorios, entierros o visitas al cementerio. Esta pieza está tejida con hilos de algodón, en telar de cintura, y con trama suplementaria; está decorada con flores anaranjadas y amarillas bordadas a mano en punto al pasado, haciendo referencia a las flores que adornan altares y cementerios en celebraciones como el día de Todos los Santos.

Crédito fotográfico: Centro de Textiles del Mundo Maya

Huipil Emplumado de Zinacantán 
Petrona Hernández Arias
Hilos de algodón industrial tejidos en telar de cintura con trama suplementaria con hilos de lana hilada a mano y teñida con tintes naturales. Aplicación de plumas blancas de pato.
114 X 119 cm
2015

El ‘huipil emplumado’ —k’uk’umal chilil, en lengua tzotzil—, era utilizado hasta hace pocas décadas por las novias del pueblo de Zinacantán. El huipil se solía portar sobre el traje de diario y complementar con una faja roja cubierta por un manto blanco a manera de velo en la cabeza. Hoy son pocas las mujeres que saben tejerlo por lo que su uso ha desaparecido casi por completo.

Crédito fotográfico: Centro de Textiles del Mundo Maya

Paño de Cofradía de Chichicastenango
Autor desconocido
Hilos de algodón industrial tejidos en telar de cintura con trama suplementaria en diseños aislados.
69 x 77.5 cm
1910 - 1920

Los textiles de Guatemala se distinguen por la presencia de una gran cantidad de motivos de plantas y animales, resultado de largos procesos de mestizaje. En este paño —o tzute en lengua quiché— de una cofradía de Chichicastenango se observan diseños aislados de águilas, signo del contacto del mundo indígena con Europa. En Mesoamérica el águila se relacionaba con el sol y estaba vinculada con órdenes militares; en España era emblema de monarcas y gremios vigentes.

Crédito fotográfico: Centro de Textiles del Mundo Maya

Huipil Ceremonial de Magdalenas 
Autor desconocido 
Hilos de algodón y lana hilada a mano teñida con tintes naturales, tejidos en telar de cintura con tramas suplementarias. Tres lienzos unidos con randa, bordado con lana hilada a mano en punto de festón. 
81 x 140 cm. 
1976

Cuenta la leyenda transmitida de generación en generación, que fue María Magdalena, santa patrona de la comunidad que lleva su nombre, quien instruyó a las mujeres en las habilidades textiles. Así, tradicionalmente, las mujeres han tejido huipiles ceremoniales para vestir a la santa; sólo Ella y la mayordoma —la mujer del mayordomo que preside las fiestas religiosas cada año— tienen el privilegio de portarlos. Esta pieza elaborada con hilos de algodón tejidos en telar de cintura, y con trama suplementaria, es uno de los más bellos ejemplos del arte textil de Los Altos de Chiapas.

Crédito fotográfico: Centro de Textiles del Mundo Maya

Crédito fotográfico: Centro de Textiles del Mundo Maya

Paño de Carrerante de Venustiano Carranza 
Martha Hernández Pérez
Hilos industriales de algodón y artisela tejidos en telar de cintura con trama suplementaria y ligamentos de esterilla.
200 x 200 cm.
2011

En el pueblo de Venustiano Carranza —San Bartolomé de los Llanos— persiste la costumbre de los llamados “carrerantes”, jinetes que en las fiestas patronales protagonizan las tradicionales carreras de caballos; en éstas, los jinetes portan con gran lucimiento uno de los pocos trajes mayas ceremoniales de hombre que perduran hasta nuestros días. Esta pieza es un paño que se lleva en el cuello y en la cabeza; se elabora con tres lienzos de finos hilos de algodón y acrilán, tejidos en telar de cintura con trama suplementaria. Su elaboración puede tardar entre ocho meses y un año.

Crédito fotográfico: Centro de Textiles del Mundo Maya