Fue inaugurado en 1980, luego de la muerte de Carlos Pellicer, quien quería reunir para la exhibición objetos que explicaran el desarrollo cultural de Tabasco, y, además, mostrar obras de las culturas antiguas de México. Como parte de las actividades de este recinto se llevan a cabo exposiciones temporales, conferencias, talleres infantiles y conciertos musicales entre otros. Cuenta con una biblioteca especializada en antropología e historia, cuyo acervo asciende a más de tres mil libros. Ubicado en la margen izquierda del río Grijalva, aquí se pueden admirar piezas arqueológicas pertenecientes a las culturas Olmeca, Maya, Zoque y Nahua.

Crédito fotográfico: Archivo IEC

Jaguar humanizado
Cultura olmeca
Piedra. Tallado y pulido
14 x 7 x 10 cm.
1200-100 a.C

Se trata de una pequeña figurilla, esculpida en piedra de color verde obscuro que representa a un personaje con todos los rasgos típicamente olmecas: la cabeza en forma de pera con una hendidura en forma de V en la parte superior, los ojos rasgados, la nariz chata y la boca con las comisuras de los labios hacia abajo que le dan un aspecto feroz. Es posible que este tipo de personajes representaran seres fantásticos, o en proceso de trasformación, asociados a ritos chamánicos propios de sociedades cacicales como la olmeca.

Crédito fotográfico: Archivo IEC

Vasija caracol
Cultura maya
Barro modelado, pintado y bruñido
15 x 21 x 24 cm.
100-900 d.C.

Esta bella pieza permite conocer la estrecha relación que el hombre tenía con el medio ambiente, Para los mayas antiguos los caracoles y las conchas estaban asociados al Inframundo. Su asociación con el agua era también símbolo de vida, abundancia, regeneración y fertilidad. Esta vasija presenta en la parte central del cuerpo, la representación de la cabeza de una serpiente estilizada de la que se desprenden volutas que podrían aludir al agua. La serpiente además de representar a una de las deidades principales del panteón mesoamericano es símbolo de poder y linaje.

Crédito fotográfico: Archivo IEC

Incensario
Cultura Zoque
Barro modelado al pastillaje y pintado
70 x 43 x 27 cm.
100-900 d.C.

Para las culturas de Mesoamérica las cuevas eran espacios sagrados, formaciones naturales asociadas a la vida y la muerte; en ellas eran realizados rituales de petición, autosacrificio de sangre, de purificación y posiblemente también entierros. El incensario fue encontrada al interior de una cueva en la Sierra de Tacotalpa, Tabasco; los carbonatos de cal, producto del goteo milenario sobre la imagen, le dan una mirada hierática. Es posible que por los elementos que porta en su vestimenta y por su mismo físico, esté advocando a una deidad; se encuentra parado sobre la cabeza de un murciélago que está asociado al inframundo.

Crédito fotográfico: Archivo IEC

Sahumerio
Cultura mexica
Barro moldeado, modelado y pintado
8 x 61 x 23 cm.
1000-1300 d.C.

Aquí una bella pieza, compuesta de la cazoleta calada, la cual tiene la forma de cruz de Malta y simboliza al fuego. A pesar del daño en la decoración, se aprecia la representación de un papel atado y el glifo “2 Ácatl” o Caña, que simboliza por excelencia la ceremonia del Fuego Nuevo, cada 52 años. La segunda sección es el mango utilizado como soporte y conducto para el paso del aire y, finalmente, en el remate se observa la imagen con la cabeza de serpiente de fuego xiuhcóatl. Este instrumento para quemar copal era utilizado en las principales ceremonias dedicadas a los dioses del panteón mexica.

Crédito fotográfico: Archivo IEC