Edificio centenario y monumento histórico, alberga al Museo Chihuahuense de Arte Contemporáneo. Se trata de la Casa Redonda, donde los antiguos talleres del Ferrocarril Central Mexicano, y edificada a fines del siglo XIX; es un ejemplo del equipamiento e infraestructura económica en la época del Porfiriato. El rescate del inmueble obedece a la necesidad apremiante de reconocer su valor histórico y estético, como ejemplo de la arquitectura ferroviaria, legado industrial que permite la preservación de la memoria de nuestro pasado reciente. La Casa Redonda forma parte de la herencia que nos deja el sistema de comunicación y transporte que transformó en su tiempo a México. Constituye una de las riquezas de la identidad cultural del norte de México.

Crédito fotográfico: Noé Segovia

Museo de Arte Contemporáneo

Abre sus puertas en el año 2000. A la fecha en sus muros se han exhibido colecciones relevantes para la sociedad chihuahuense, que ha podido apreciar exponentes de la talla de: David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Diego Rivera, María Izquierdo, Frida Khalo, Dr. Atl, José Guadalupe Posada, Tamayo, Toledo, Felguérez. Degas, Rodín, Goya, Touluse Lautrec y Andy Warhol no han sido la excepción. Importante destacar, que este centro cumple con dos aspectos que lo nutren, el vestigio ferroviario y el disfrute del arte contemporáneo.

Crédito fotográfico: Aldo Hinojosa Rivera

Sobre las Casas Redondas

Se construyeron casas redondas a lo largo y ancho de México, las cuales nacieron como parte del impulso creativo que generó los caminos de hierro y sus máquinas de vapor. Fueron producto de una necesidad patente del servicio ferroviario, y constaban de tres elementos: una mesa giratoria, la casa redonda lugar donde ingresaban las máquinas, y edificios y patios anexos que, en suma, prestaban los servicios indispensables para su funcionamiento.

Crédito fotográfico: Aldo Hinojosa Rivera

Breve descripción de los materiales de edificación

En la actualidad la edificación consta de una sola nave semicircular, compuesta de doce módulos que se asientan sobre la arcada de cantera. El interior la estructura está dispuesta de rieles que fungen como columnas, al igual que las trabes; de ahí se erigen una serie de bovedillas de ladrillo, las cuales se conservan de forma óptima. Los tiros, conocidos como lucernarios, permiten al visitante imaginar cómo se extraía el monóxido de carbono y, así comprender la forma natural de la iluminación.

Crédito fotográfico: Aldo Hinojosa Rivera

Sala de sitio

Espacio que muestra el antiguo funcionamiento del edificio. Aquí se encuentran mapas arquitectónicos de la estructura del inmueble, y objetos que se llegaron a utilizar para la reparación de la máquinas de vapor, tales como llaves, aceiteras, instrumentos de medición, tuercas y rieles (muestra de la evolución de la vía del tren); también hay variedad de telégrafos, elementos de oficina, y, la favorita de chicos y grandes, una maqueta excepcional que muestra la función de una casa redonda en cuyos ejes radiales se asentaban doce carriles que permitían la movilidad de las máquinas.

Crédito fotográfico: Jesús Martínez